La tecnología LiDAR fue el punto de partida para este proyecto, permitiendo obtener un detallado mapa de puntos tridimensionales del sitio destinado a la construcción de un pabellón. Este mapa reveló las variaciones de altura y las características cromáticas del terreno, proporcionando una base sólida para la comprensión del contexto.

Con estos datos en mano, se procedió a elaborar una máscara específica basada en las alturas del terreno. Esta máscara identificó las áreas precisas para la intervención.

La siguiente fase involucró el uso de inteligencia artificial para procesar la máscara. La IA, al interpretar el prompt, generó una imagen que cumplía con los requisitos del sitio, adaptándose a las áreas específicas del terreno designadas para la intervención.

La transformación de esta visión bidimensional en una estructura tridimensional comenzó con la extrusión de las huellas del pabellón. Este paso creó un esqueleto preliminar de la geometría, estableciendo la base para el desarrollo del pabellón.

Este esqueleto fue luego introducido en otra plataforma de inteligencia artificial especializada en la generación de modelos 3D. Al combinar el esqueleto con un nuevo prompt, esta IA fue capaz de producir modelos tridimensionales que no solo respetaban la forma y la estructura dadas, sino que también incorporaban los elementos estéticos y funcionales deseados.

Para materializar la iteración seleccionada, se empleó un robot ABB 6700 equipado con un extrusor de alta temperatura, capaz de imprimir en 3D utilizando plástico basado en caña de azúcar. Este material fue elegido por su sostenibilidad y por sus propiedades adecuadas para el proceso de impresión.